¿Cómo preparar tu piscina para el invierno?
Una de las técnicas más practicadas es la
de proceder al vaciado de la piscina. Esta
práctica además de un gasto elevado en la reposición supone un derroche de agua, un bien escaso y
muy preciado en la actualidad. Pero además es muy perjudicial para la
estructura de la piscina. Una piscina está sometida constantemente a la presión
ejercida por la tierra sobre ella, y como el agua es la encargada de ofrecer
resistencia, su ausencia puede provocar que aparezcan grietas. Por tanto, nuestro
consejo como la mejor manera de conservar una piscina en invierno es mantenerla siempre llena,
ya que así se protege contra posibles daños en su estructura.
Lo más sencillo y económico seria taparla con un cobertor para piscinas cuando
las temperaturas no nos aconsejen su uso y así conservar el agua hasta la
temporada que viene. Con este método nos evitaremos el tener que estar
añadiendo productos químicos, podremos reducir notablemente el número de horas
de filtración del equipo y conseguiremos un ahorro importante, además son una
forma ecológica de poder
proteger el agua de tu piscina de la
evaporación, de la suciedad y de las inclemencias del tiempo y puede ser
instalado directamente por el usuario sin necesidad de intervenir personal
cualificado.
Otro método económico de alargar la
temporada de baño es el de utilizar una cubierta térmica, siendo este
el sistema
más simple de mantener el calor que la piscina ha absorbido por
medios naturales o artificiales (Bomba de calor).
Se trata de una lámina plástica que
contiene burbujas de aire. El sistema es
simplemente crear una cámara de aire aislante entre el agua de la piscina y el
exterior, de esta manera se reduce la transferencia de calor de la piscina al
aire exterior. Este cobertor se coloca directamente sobre el agua de la
piscina. Este es un sistema muy económico de mantener el calor de la piscina y
puede ser instalado directamente por el usuario sin necesidad de intervenir
personal cualificado.
Un método algo más sofisticado, podría ser
la cubierta de p.v.c., construida de láminas que funcionan de una
manera sencilla, cubren la piscina con unos paneles que se van calentando con
la energía solar de manera que forman una capa térmica que hace imposible la
pérdida de calor tanto por evaporación como por transferencia a través del
líquido consiguen subir entre 4 y 8 grados la temperatura del agua, sin
necesidad de consumir energía.
Las ventajas de este tipo de
calentamiento son diversas; evita caídas de niños o animales, no ocupa apenas
espacio pues se recogen dentro de un cajón, no necesita tuberías de conexión,
ni bombeo, elimina humedad y filtración, y reduce la utilización de productos
químicos. La instalación de estas láminas de p.v.c., corre a cargo de profesionales
especializados.
Una buena manera de amortizar nuestra
piscina es instalar algún sistema de calentar el agua de funcionamiento
eléctrico, unido a algún tipo de cubierta para mantener ese calor.
Las bombas de calor serían el siguiente paso. Con una inversión inicial algo más
elevada, este sistema de calefacción es muy eficiente energéticamente.
Pueden llegar a captar el 80% del calor generado del aire exterior, y eso
significa una reducción muy importante del consumo eléctrico. Puede utilizarse
en cualquier tipo de piscina y es muy silencioso. Su funcionamiento es parecido
a los aires acondicionados. En función del tamaño de la piscina se debe elegir
una bomba más o menos potente. La instalación de estos equipos requiere la
intervención de profesionales especializados.
La sensación de confort que nos produce el
poderse bañar en nuestra piscina durante gran parte del año cuando volvemos por
ejemplo del trabajo, no tiene precio.
No hay comentarios:
Publicar un comentario